II. DESCRIPCIÓN FÍSICA

La geomorfología: descripción física.




El río Ebro, dispuesto en un eje N.W.- S.E., recorre una longitud de 930 km. y es uno de los ríos más caudalosos de la Península Ibérica, lo que no significa siempre generosidad de agua, porque sus 18.000 hm3 de media al año se distribuyen de forma muy irregular, pudiendo pasar en las comarcas zaragozanas de 40 m3/seg. a más de 3.000 m3/seg. (fotografía 1: El valle del Ebro).



Discurre el valle en una depresión situada entre la Cordillera Cantábrica, el Sistema Ibérico y los Pirineos, cerrado así a la influencia húmeda atlántica del resto de la península, lo que trae como consecuencia unos índices pluviométricos muy escasos, que se extreman en lugares como los territorios esteparios centrales de las Bardenas y los Monegros.



En este sistema, y dentro de las variaciones de regiones, hay algo común que no por evidente deba soslayarse: sus riberas, de formación sedimentaria y aluvión en más de dos tercios del recorrido, son de generosa producción agrícola siempre que sus tierras puedan regarse, lo que históricamente se ha expresado en una compleja red de canales, acequias, norias y molinos, regulados por intensas y arraigadas tradiciones consuetudinarias en el reparto del agua.